Hoy recordamos el Combate de Angamos, pues un 8 de octubre hace 131 años, falleció el almirante Miguel Grau Seminario, conocido como "El Caballero de los Mares". Es por eso hoy a las 9.50 horas, momento en el cual el blindado chileno Cochrane penetró la torre de mando del monitor Huascar, se guardó un minuto de silencio en todo el Perú en memoria del Gran Almirante del Perú, quien falleció a esa hora.
En abril de 1879, las jóvenes repúblicas sudamericanas del Pacífico; Perú y Chile, iniciaron una guerra larga, cruenta y muy costosa, cuyas causas se encuentran en la política emprendida por el gobierno chileno sobre el territorio de Atacama, entonces bajo soberanía de Bolivia.
Durante la llamada Guerra del Pacífico, dos buques peruanos se enfrentaban contra seis similares chilenos. Estos eran el Huáscar y Unión contra los buques chilenos Cochrane, Blanco Encalada, O'Higgins, Loa, Covadonga y Matías Cousiño. En el Huáscar iba nuestro valeroso Almirante Miguel Grau Seminario, quien se inmoló por la patria.
Al amanecer del miércoles 8 de octubre, las naves peruanas navegaban con rumbo Norte. A las 3:30, se avistan mutuamente en rumbos opuestos, los buques peruanos Huáscar y BAP Unión, al mando del contralmirante Grau, con la 1ª División naval chilena (Blanco Encalada, Covadonga y Matías Cousiño), al mando del capitán Riveros, que trataban de cerrarles el paso al norte. Identificados los humos por los vigías del Huáscar, Grau ordenó las maniobras evasivas, poniendo proa al oeste y luego, ordenó sucesivamente poner proa al sudoeste y al norte. La BAP Unión botaba, a próposito, gran cantidad de humo, por lo que el Blanco y la Covadonga empezaron a seguirlo, dando tiempo al Huáscar de desplazarse al norte. Recién a las 5:40, Grau identificó a los buques que lo perseguían: el blindado Blanco Encalada, la goleta Covadonga y el carbonero Matías Cousiño y al notar que la distancia, que era de 6 millas, se mantenía o aumentaba, ordenó reducir la velocidad a unos 9 nudos mientras la división de Riveros navegaba entre 7,5 y 9 nudos.
A las 7:15, los buques peruanos divisaron otros tres humos hacia el noroeste, en la misma dirección hacia donde navegaba la formación peruana: era la 2ª División naval chilena, a una distancia de 22 millas, conformada por el blindado Cochrane, la corbeta O'Higgins y el transporte artillado Loa. Grau ordenó, a las 8.30, aumentar la velocidad, llegando a 10,75 nudos y poner proa al noreste, pero el Cochrane llegó a 12 nudos. Los buques peruanos tenían el paso al este cerrado por la costa, el Noroeste, por la División Latorre y al Sur por la División Riveros, no quedándoles otra opción que forzar rumbo al norte. Comprendiendo que la única posibilidad de escape estaba del lado de la corbeta Unión, mucho más rápida, Grau ordenó que aprovechara su mayor andar y se dirigiese a Arica donde fondeó en la madrugada del 9. El capitán Aurelio García y García solicitó someterse a investigación por su actuación en Angamos el 14 de octubre de 1879 para dejar claro su honor. El 30 de julio de 1880 se promulga la resolución suprema que lo absuelve de toda responsabilidad.
DESARROLLO DEL COMBATE
A las 9:40, el monitor Huáscar abrió fuego dispararando una andanada de su artillería principal contra el Cochrane a una distancia de mil metros. La andanada no fue contestada por el Cochrane, que continuó acercándose, al igual que el Blanco Encalada y la Covadonga. Un tiro de la siguiente andanada del Huáscar rebota en el mar e impacta en la amura de estribor del Cochrane, por encima de la faja blindada, penetrando en la cocina, causando destrozos, cayendo finalmente sobre la cubierta sin estallar. A las 9:48, a una distancia de 200 metros, el Cochrane abre fuegos con sus cañones de proa y centro de estribor. Uno de estos disparos impactó en el castillo del Huáscar arrojando el mascarón de proa al mar. Otro tiro del Huáscar impactó en la batería de estribor del Cochrane con ángulo de 30° produciendo una abolladura de 3 pulgadas en el blindaje.
A las 9:50 se producen los tiros más certeros del Cochrane. Una granada perforó el costado de babor, sobre la línea de flotación, explotando y dejando fuera de combate a 12 hombres
Otra granada perforó el blindaje sobre la línea de flotación en el mismo costado rompiendo el guardín de babor de la rueda de timón combate. Sin gobierno, el Huáscar vira a estribor.
A las 10:00, una granada impactó la esquina superior derecha de la torre de mando, atravesó su blindaje y explotó, matando al contraalmirante MIGUEL GRAU y por la onda expansiva, al teniente 1° Diego Ferré, quien estaba comunicándose con Grau a través del enjaretado en el piso de la torre. Muerto el comandante de la nave peruana, asumió el mando el segundo comandante, el capitán de corbeta Elías Aguirre Romero, que estaba en la torre giratoria de artillería. El Huáscar reasumió rumbo al noreste y el Cochrane se mantuvo por la aleta de babor.
A las 10:10, Latorre observó que el pabellón del Huáscar estaba sobre cubierta y ordenó suspender el fuego, pensando que la nave se rendía. Sin embargo, el monitor mantuvo su andar y a los pocos minutos un oficial no identificado la volvió a izar, pero que posteriormente los oficiales del buque chileno creyeron reconocer al Teniente Enrique Palacios, cuando éste cayó prisionero, mortalmente herido.
A las 10:15 se reanuda el combate, Latorre ordena abrir fuego. A las 10:22, el Blanco Encalada y la Covadonga habían acortado distancias hasta los 200 m por la aleta de estribor del blindado peruano y abrieron fuego. El Huáscar quedó de esta manera encerrado entre los dos barcos chilenos.
Elías Aguirre dirigió sus fuegos contra el Blanco Encalada e intentó embestirlo con el espolón, pero el blindado chileno esquivó el golpe. En ese momento, una granada disparada por el Blanco Encalada perfora la torre de artillería, por la izquierda de la porta del cañón de la derecha, explotando en el interior y matando a casi todos los sirvientes de las dos piezas de artillería. En esa acción fue herido el capitán de fragata graduado Manuel Melitón Carvajal Ambulodegui, que fue llevado al departamento de máquinas para atenderlo.
Una granada del Cochrane perforó la popa del Huáscar, atravesó la cámara de oficiales, la cámara del comandante, dañó la estación de gobierno de emergencia, matando a toda la gente que gobernaba los aparejos, y llegó al departamento drogas, produciendo grandes destrozos e inhabilitándola como enfermería. Cuando se perdió el control de gobierno, el Huáscar empezó a dar un amplio círculo de giro hacia estribor. Latorre intentó aprovechar esto para espolonear el monitor, pero el Huáscar pasó libre por la proa del Cochrane a las 10:25. El Blanco Encalada también viró a estribor que lo llevó a colocarse en la proyección del del círculo de giro del Huáscar y a las 10:29, pasó libre a 23 m por la popa del Huáscar, aprovechando para dispararle una andanada, pero quedando entre el Cochrane y el Huáscar. Esta acción obligó al Cochrane, que estaba a 200 m por la aleta de babor del Huáscar, a girar en redondo a babor para evitar una colisión contra el Blanco Encalada, llegando a distanciarse a 1.200 m del Huáscar. El Blanco Encalada también quiso evitar la colisión y giró a estribor.
Elías Aguirre recuperó el gobierno del Huáscar mediante el sistema de emergencia y enrumbó hacia el Cochrane para espolonearlo: Latorre también decide espolonear al Huáscar, pero el blindado peruano cae a babor y su popa pasa a 5 m por la proa del Cochrane a las 10:37. Durante estas acciones, los tiros no cesaron en ambas partes, pero el Huáscar tenía limitada respuesta porque solo le quedaba un cañón en la torre artillera. El continuo intercambio de disparo generó graves daños y bajas abordo del Huáscar.
A las 10:40, los dos blindados chilenos están por la aleta de babor del Huáscar. Una granada perforó la torre de artillería y explotó hiriendo mortalmente a sus operadores, incluido el comandante Aguirre.
Muchos tiros perforaron la chimenea, desprendiendo hollín y humo, que entró al departamento de calderas, impidiendo leer los manómetros y niveles de agua. En una de las calderas, el agua bajó mucho de nivel y se quemaron todos su tubos, produciendo un gran escape de vapor. Paralelamente, los fusileros colocados en las tres cofas de los blindados chilenos, mataron a 3 de los 4 operadores de la ametralladora Gatling del Huáscar y el último cayó a cubierta. Varias granadas perforaron el blindaje del departamento de máquinas y, al estallar, mataron a varias personas en el pasadizo de máquinas e hiriendo a otras, como al cirujano mayor Santiago Távara y a John Griffiths, comandante del velero chileno apresado Coquimbo.
Herido el capitán Melitón Carvajal y muerto el Teniente José Melitón Rodríguez Pérez, el mando del "Huáscar" recayó en el joven Teniente Primero Pedro Gárezon Thomas, quien asumió el control de la nave a las 10:48, cuando ésta se encontraba totalmente averiada. Nuevos incendios se desataron a bordo, a proa y en la torre, con una caldera inutilizada, con parte de la tripulación muerta o herida y con solo cuatro oficiales de guerra a bordo, el teniente Gárezon convocó a los tenientes segundos Fermín Díez Canseco y Gervasio Santillana y al alférez de fragata Ricardo Herrera, con quienes decidió hundir la nave antes que entregarla rendida. A las 10:54 El alférez Herrera da la orden al 1° maquinista de la nave, Samuel Mac Mahon, de abrir las válvulas para que inundase la sala de máquinas y el resto del buque.Mac Mahon evacúa a los heridos del pañol de máquinas, detiene las máquinas y abre las válvulas.
A las 10:55, parte de la tripulación del Huáscar iza de nuevo la bandera que había caído por los disparos que cortaron su driza, mientras desde los blindados chilenos se observa que el buque peruano disminuye su avance y se preparan las embarcaciones para abordarlo y capturarlo; el Cochrane estaba a 15 m por la aleta de estribor y el Blanco por la aleta de babor. A las 11.08 el Huáscar se detiene y a las 11:10 es abordado por los marinos chilenos, quienes inmediatamente conminaron por la fuerza a los maquinistas a cerrar las válvulas.En esos momentos, el Huáscar tenía 1,2 m de agua en la sentina. La marinería chilena se empeñó en apagar los múltiples incendios que había a bordo del monitor, mientras que la tripulación peruana era trasbordada a los buques chilenos en calidad de prisioneros de guerra.
PARA RECORDAR
Durante el Combate de Iquique, el monitor Huáscar venció a la escuadra chilena. En este enfrentamiento murió el máximo héroe de la armada chilena: don Arturo Prat, comandante de la Esmeralda. Tras este episodio de la Guerra del Pacífico, su viuda, Carmela Carvajal de Prat, recibió con sorpresa todas las pertenencias de su esposo acompañadas de una bellísima carta del comandante peruano don Miguel Grau.
En la carta que respondió ella se puede leer: “...con la hidalguía del caballero antiguo, se digna usted acompañarme en mi dolor, deplorando sinceramente la muerte de mi esposo, y tiene la generosidad de enviarme las queridas prendas que se encontraron sobre su persona... Por ello tengo la conciencia de que el distinguido jefe que tiene hoy el valor de asociarse a mi duelo y de poner muy en alto el nombre y la conducta de mi esposo en esta jornada, y que tiene aún el más raro valor de desprenderse de un valioso trofeo... un jefe semejante, un corazón tan noble hubiera evitado, si hubiera podido, el sacrificio de mi esposo...”.
Fue ella, la viuda del mayor comandante enemigo, quien llamó caballero a Grau, no por sus glorias militares que fueron muchas, sino por su hidalguía.
Miren una impresionante animación en 3D sobre lo que pasó con Grau y el Monitor Huascar:
En abril de 1879, las jóvenes repúblicas sudamericanas del Pacífico; Perú y Chile, iniciaron una guerra larga, cruenta y muy costosa, cuyas causas se encuentran en la política emprendida por el gobierno chileno sobre el territorio de Atacama, entonces bajo soberanía de Bolivia.
Durante la llamada Guerra del Pacífico, dos buques peruanos se enfrentaban contra seis similares chilenos. Estos eran el Huáscar y Unión contra los buques chilenos Cochrane, Blanco Encalada, O'Higgins, Loa, Covadonga y Matías Cousiño. En el Huáscar iba nuestro valeroso Almirante Miguel Grau Seminario, quien se inmoló por la patria.
Al amanecer del miércoles 8 de octubre, las naves peruanas navegaban con rumbo Norte. A las 3:30, se avistan mutuamente en rumbos opuestos, los buques peruanos Huáscar y BAP Unión, al mando del contralmirante Grau, con la 1ª División naval chilena (Blanco Encalada, Covadonga y Matías Cousiño), al mando del capitán Riveros, que trataban de cerrarles el paso al norte. Identificados los humos por los vigías del Huáscar, Grau ordenó las maniobras evasivas, poniendo proa al oeste y luego, ordenó sucesivamente poner proa al sudoeste y al norte. La BAP Unión botaba, a próposito, gran cantidad de humo, por lo que el Blanco y la Covadonga empezaron a seguirlo, dando tiempo al Huáscar de desplazarse al norte. Recién a las 5:40, Grau identificó a los buques que lo perseguían: el blindado Blanco Encalada, la goleta Covadonga y el carbonero Matías Cousiño y al notar que la distancia, que era de 6 millas, se mantenía o aumentaba, ordenó reducir la velocidad a unos 9 nudos mientras la división de Riveros navegaba entre 7,5 y 9 nudos.
A las 7:15, los buques peruanos divisaron otros tres humos hacia el noroeste, en la misma dirección hacia donde navegaba la formación peruana: era la 2ª División naval chilena, a una distancia de 22 millas, conformada por el blindado Cochrane, la corbeta O'Higgins y el transporte artillado Loa. Grau ordenó, a las 8.30, aumentar la velocidad, llegando a 10,75 nudos y poner proa al noreste, pero el Cochrane llegó a 12 nudos. Los buques peruanos tenían el paso al este cerrado por la costa, el Noroeste, por la División Latorre y al Sur por la División Riveros, no quedándoles otra opción que forzar rumbo al norte. Comprendiendo que la única posibilidad de escape estaba del lado de la corbeta Unión, mucho más rápida, Grau ordenó que aprovechara su mayor andar y se dirigiese a Arica donde fondeó en la madrugada del 9. El capitán Aurelio García y García solicitó someterse a investigación por su actuación en Angamos el 14 de octubre de 1879 para dejar claro su honor. El 30 de julio de 1880 se promulga la resolución suprema que lo absuelve de toda responsabilidad.
DESARROLLO DEL COMBATE
A las 9:40, el monitor Huáscar abrió fuego dispararando una andanada de su artillería principal contra el Cochrane a una distancia de mil metros. La andanada no fue contestada por el Cochrane, que continuó acercándose, al igual que el Blanco Encalada y la Covadonga. Un tiro de la siguiente andanada del Huáscar rebota en el mar e impacta en la amura de estribor del Cochrane, por encima de la faja blindada, penetrando en la cocina, causando destrozos, cayendo finalmente sobre la cubierta sin estallar. A las 9:48, a una distancia de 200 metros, el Cochrane abre fuegos con sus cañones de proa y centro de estribor. Uno de estos disparos impactó en el castillo del Huáscar arrojando el mascarón de proa al mar. Otro tiro del Huáscar impactó en la batería de estribor del Cochrane con ángulo de 30° produciendo una abolladura de 3 pulgadas en el blindaje.
A las 9:50 se producen los tiros más certeros del Cochrane. Una granada perforó el costado de babor, sobre la línea de flotación, explotando y dejando fuera de combate a 12 hombres
Otra granada perforó el blindaje sobre la línea de flotación en el mismo costado rompiendo el guardín de babor de la rueda de timón combate. Sin gobierno, el Huáscar vira a estribor.
A las 10:00, una granada impactó la esquina superior derecha de la torre de mando, atravesó su blindaje y explotó, matando al contraalmirante MIGUEL GRAU y por la onda expansiva, al teniente 1° Diego Ferré, quien estaba comunicándose con Grau a través del enjaretado en el piso de la torre. Muerto el comandante de la nave peruana, asumió el mando el segundo comandante, el capitán de corbeta Elías Aguirre Romero, que estaba en la torre giratoria de artillería. El Huáscar reasumió rumbo al noreste y el Cochrane se mantuvo por la aleta de babor.
A las 10:10, Latorre observó que el pabellón del Huáscar estaba sobre cubierta y ordenó suspender el fuego, pensando que la nave se rendía. Sin embargo, el monitor mantuvo su andar y a los pocos minutos un oficial no identificado la volvió a izar, pero que posteriormente los oficiales del buque chileno creyeron reconocer al Teniente Enrique Palacios, cuando éste cayó prisionero, mortalmente herido.
A las 10:15 se reanuda el combate, Latorre ordena abrir fuego. A las 10:22, el Blanco Encalada y la Covadonga habían acortado distancias hasta los 200 m por la aleta de estribor del blindado peruano y abrieron fuego. El Huáscar quedó de esta manera encerrado entre los dos barcos chilenos.
Elías Aguirre dirigió sus fuegos contra el Blanco Encalada e intentó embestirlo con el espolón, pero el blindado chileno esquivó el golpe. En ese momento, una granada disparada por el Blanco Encalada perfora la torre de artillería, por la izquierda de la porta del cañón de la derecha, explotando en el interior y matando a casi todos los sirvientes de las dos piezas de artillería. En esa acción fue herido el capitán de fragata graduado Manuel Melitón Carvajal Ambulodegui, que fue llevado al departamento de máquinas para atenderlo.
Una granada del Cochrane perforó la popa del Huáscar, atravesó la cámara de oficiales, la cámara del comandante, dañó la estación de gobierno de emergencia, matando a toda la gente que gobernaba los aparejos, y llegó al departamento drogas, produciendo grandes destrozos e inhabilitándola como enfermería. Cuando se perdió el control de gobierno, el Huáscar empezó a dar un amplio círculo de giro hacia estribor. Latorre intentó aprovechar esto para espolonear el monitor, pero el Huáscar pasó libre por la proa del Cochrane a las 10:25. El Blanco Encalada también viró a estribor que lo llevó a colocarse en la proyección del del círculo de giro del Huáscar y a las 10:29, pasó libre a 23 m por la popa del Huáscar, aprovechando para dispararle una andanada, pero quedando entre el Cochrane y el Huáscar. Esta acción obligó al Cochrane, que estaba a 200 m por la aleta de babor del Huáscar, a girar en redondo a babor para evitar una colisión contra el Blanco Encalada, llegando a distanciarse a 1.200 m del Huáscar. El Blanco Encalada también quiso evitar la colisión y giró a estribor.
Elías Aguirre recuperó el gobierno del Huáscar mediante el sistema de emergencia y enrumbó hacia el Cochrane para espolonearlo: Latorre también decide espolonear al Huáscar, pero el blindado peruano cae a babor y su popa pasa a 5 m por la proa del Cochrane a las 10:37. Durante estas acciones, los tiros no cesaron en ambas partes, pero el Huáscar tenía limitada respuesta porque solo le quedaba un cañón en la torre artillera. El continuo intercambio de disparo generó graves daños y bajas abordo del Huáscar.
A las 10:40, los dos blindados chilenos están por la aleta de babor del Huáscar. Una granada perforó la torre de artillería y explotó hiriendo mortalmente a sus operadores, incluido el comandante Aguirre.
Muchos tiros perforaron la chimenea, desprendiendo hollín y humo, que entró al departamento de calderas, impidiendo leer los manómetros y niveles de agua. En una de las calderas, el agua bajó mucho de nivel y se quemaron todos su tubos, produciendo un gran escape de vapor. Paralelamente, los fusileros colocados en las tres cofas de los blindados chilenos, mataron a 3 de los 4 operadores de la ametralladora Gatling del Huáscar y el último cayó a cubierta. Varias granadas perforaron el blindaje del departamento de máquinas y, al estallar, mataron a varias personas en el pasadizo de máquinas e hiriendo a otras, como al cirujano mayor Santiago Távara y a John Griffiths, comandante del velero chileno apresado Coquimbo.
Herido el capitán Melitón Carvajal y muerto el Teniente José Melitón Rodríguez Pérez, el mando del "Huáscar" recayó en el joven Teniente Primero Pedro Gárezon Thomas, quien asumió el control de la nave a las 10:48, cuando ésta se encontraba totalmente averiada. Nuevos incendios se desataron a bordo, a proa y en la torre, con una caldera inutilizada, con parte de la tripulación muerta o herida y con solo cuatro oficiales de guerra a bordo, el teniente Gárezon convocó a los tenientes segundos Fermín Díez Canseco y Gervasio Santillana y al alférez de fragata Ricardo Herrera, con quienes decidió hundir la nave antes que entregarla rendida. A las 10:54 El alférez Herrera da la orden al 1° maquinista de la nave, Samuel Mac Mahon, de abrir las válvulas para que inundase la sala de máquinas y el resto del buque.Mac Mahon evacúa a los heridos del pañol de máquinas, detiene las máquinas y abre las válvulas.
A las 10:55, parte de la tripulación del Huáscar iza de nuevo la bandera que había caído por los disparos que cortaron su driza, mientras desde los blindados chilenos se observa que el buque peruano disminuye su avance y se preparan las embarcaciones para abordarlo y capturarlo; el Cochrane estaba a 15 m por la aleta de estribor y el Blanco por la aleta de babor. A las 11.08 el Huáscar se detiene y a las 11:10 es abordado por los marinos chilenos, quienes inmediatamente conminaron por la fuerza a los maquinistas a cerrar las válvulas.En esos momentos, el Huáscar tenía 1,2 m de agua en la sentina. La marinería chilena se empeñó en apagar los múltiples incendios que había a bordo del monitor, mientras que la tripulación peruana era trasbordada a los buques chilenos en calidad de prisioneros de guerra.
PARA RECORDAR
Durante el Combate de Iquique, el monitor Huáscar venció a la escuadra chilena. En este enfrentamiento murió el máximo héroe de la armada chilena: don Arturo Prat, comandante de la Esmeralda. Tras este episodio de la Guerra del Pacífico, su viuda, Carmela Carvajal de Prat, recibió con sorpresa todas las pertenencias de su esposo acompañadas de una bellísima carta del comandante peruano don Miguel Grau.
En la carta que respondió ella se puede leer: “...con la hidalguía del caballero antiguo, se digna usted acompañarme en mi dolor, deplorando sinceramente la muerte de mi esposo, y tiene la generosidad de enviarme las queridas prendas que se encontraron sobre su persona... Por ello tengo la conciencia de que el distinguido jefe que tiene hoy el valor de asociarse a mi duelo y de poner muy en alto el nombre y la conducta de mi esposo en esta jornada, y que tiene aún el más raro valor de desprenderse de un valioso trofeo... un jefe semejante, un corazón tan noble hubiera evitado, si hubiera podido, el sacrificio de mi esposo...”.
Fue ella, la viuda del mayor comandante enemigo, quien llamó caballero a Grau, no por sus glorias militares que fueron muchas, sino por su hidalguía.
Miren una impresionante animación en 3D sobre lo que pasó con Grau y el Monitor Huascar:
3 Comments:
esa historia puede ser verdadera o quizas esta muy adornada, pero la verdad que no se cuenta es como los Britanicos organizaron y ejecutaron bajo tierra todo este proceso, ahi es donde no concuerdo, como armaron a los peruanos y por otrolado armaron al ejercito chileno y compraron los bonos abajo precio y se adueñaron del cobre el salitre y el guano, hay que decirles a los profes de historia que cuenten la firme!!!!!
concuerdo que esto es una farsa pues no esta hablando sobre los Britanicos
GRACIAS POR LA AYUDITA AUNQUE LE FALTO UN POQUITO YO LES RECOMENDARIA SI ES QUE QUIEREN AYUDARN0S PONER TODO COMPLETO ALA FIRME!!!
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