El caso del nadador francés Philippe Croizon, es todo un ejemplo de superación personal aplicable a cualquier ámbito de la vida.
A sus 42 años, tras la amputación de sus brazos y sus piernas por sufrir una descarga eléctrica, el hombre logró cruzar los 33 kilómetros que separan a Francia de Inglaterra por el Canal de la Mancha nadando.
Croizon cruzó desde la costa inglesa de Folkstone hasta las playas galas de Wissant. Parta la hazaña entrenó unas 30 horas por semana en una pileta y en el gimnasio, durante los últimos dos años, supervisado constantemente por su entrenador Valerie Carbonnel.
A sus 42 años, tras la amputación de sus brazos y sus piernas por sufrir una descarga eléctrica, el hombre logró cruzar los 33 kilómetros que separan a Francia de Inglaterra por el Canal de la Mancha nadando.
Croizon cruzó desde la costa inglesa de Folkstone hasta las playas galas de Wissant. Parta la hazaña entrenó unas 30 horas por semana en una pileta y en el gimnasio, durante los últimos dos años, supervisado constantemente por su entrenador Valerie Carbonnel.
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