ES UNA NOTICIA INCREIBLE: 'Electrifique su entrenamiento', 'Reduzca su cintura y su índice carbono', es el país del 'fitness', que durante mucho tiempo hizo oídos sordos a las preocupaciones ecologistas, hasta los gimnasios ahora quieren ser 'verdes'.
El mecanismo es simple: un sistema colocado en el zócalo de las bicicletas transfiere la corriente continua del dinamo activado por los ciclistas a un transformador que lo convierte en corriente alterna de 110 voltios. Gracias a esa astucia, el local que alberga el gimnasio recibe la corriente generada por sus propios socios, consume menos electricidad y ahorra dinero.
"Inventé el sistema en 2007, lo probé en 2008 en un gimnasio de Connecticut (noreste) y el lanzamiento comercial fue en el verano pasado en Los Ángeles, y a principios de 2010, en Nueva York y Washington", cuenta a AFP Jay Whelan, presidente de la empresa 'Green Revolution', que patentó el sistema.
Veinte personas crean cerca de 3 kilowatios en una hora, que es lo que dura una clase de 'spin'. Con cuatro clases diarias, el gimnasio genera 300 kilowatios por mes, "equivalentes a la energía necesaria para iluminar una casa durante seis meses, asegura Jay Whelan, un ingeniero de 46 años. A ese ritmo, en un año los deportistas logran crear suficiente energía "para alimentar a 72 casas medianas durante un mes", afirma el inventor del sistema.
Aunque la sala del New York Sports Club del oeste de Manhattan sea demasiado grande como para autoabastecerse en electricidad gracias al sudor de sus socios, otros gimnasios más pequeños podrían alcanzar ese objetivo, asegura.
De momento, el equipo sólo existe para bicicletas, pero 'Green Revolution', que cuenta con 45 empleados, estudia instalar sistemas similares en otras máquinas aeróbicas. Cada sistema eléctrico cuesta 1.300 dólares.
Los deportistas son entusiastas. "Uno quema calorías y genera electricidad, es fantástico", dijo Richard Kronick, un arquitecto que terminó la sesión bañado en sudor. "Es muy divertido, es un desafío útil", agrega Felicia Rubin, encantada. Junto al entrenador Rick Meadows, que grita las instrucciones mientras pedalea con entusiasmo, un árbol de vidrio sirve para medir la energía generada, con una luz que sube o baja en función de los kilowatts colectivos.
En la bicicleta cada cual puede ver el resultado de su propio esfuerzo. "Yo generé 69 watios, pero tengo que detenerme a menudo para cambiar la música, hay alguien que produjo 105 hoy", comenta Rick Meadows. "La gente adora la idea de estar generando energía y eso crea competitividad en el grupo", agregó.
El mecanismo es simple: un sistema colocado en el zócalo de las bicicletas transfiere la corriente continua del dinamo activado por los ciclistas a un transformador que lo convierte en corriente alterna de 110 voltios. Gracias a esa astucia, el local que alberga el gimnasio recibe la corriente generada por sus propios socios, consume menos electricidad y ahorra dinero.
"Inventé el sistema en 2007, lo probé en 2008 en un gimnasio de Connecticut (noreste) y el lanzamiento comercial fue en el verano pasado en Los Ángeles, y a principios de 2010, en Nueva York y Washington", cuenta a AFP Jay Whelan, presidente de la empresa 'Green Revolution', que patentó el sistema.
Veinte personas crean cerca de 3 kilowatios en una hora, que es lo que dura una clase de 'spin'. Con cuatro clases diarias, el gimnasio genera 300 kilowatios por mes, "equivalentes a la energía necesaria para iluminar una casa durante seis meses, asegura Jay Whelan, un ingeniero de 46 años. A ese ritmo, en un año los deportistas logran crear suficiente energía "para alimentar a 72 casas medianas durante un mes", afirma el inventor del sistema.
Aunque la sala del New York Sports Club del oeste de Manhattan sea demasiado grande como para autoabastecerse en electricidad gracias al sudor de sus socios, otros gimnasios más pequeños podrían alcanzar ese objetivo, asegura.
De momento, el equipo sólo existe para bicicletas, pero 'Green Revolution', que cuenta con 45 empleados, estudia instalar sistemas similares en otras máquinas aeróbicas. Cada sistema eléctrico cuesta 1.300 dólares.
Los deportistas son entusiastas. "Uno quema calorías y genera electricidad, es fantástico", dijo Richard Kronick, un arquitecto que terminó la sesión bañado en sudor. "Es muy divertido, es un desafío útil", agrega Felicia Rubin, encantada. Junto al entrenador Rick Meadows, que grita las instrucciones mientras pedalea con entusiasmo, un árbol de vidrio sirve para medir la energía generada, con una luz que sube o baja en función de los kilowatts colectivos.
En la bicicleta cada cual puede ver el resultado de su propio esfuerzo. "Yo generé 69 watios, pero tengo que detenerme a menudo para cambiar la música, hay alguien que produjo 105 hoy", comenta Rick Meadows. "La gente adora la idea de estar generando energía y eso crea competitividad en el grupo", agregó.
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1 Comment:
La tecnología cada día sorprende más, es excelente iniciativa y colaboración con el mundo y el medio ambiente, pero igual me quedo con los entrenamientos donde no necesitas más que el peso de tu cuerpo, como las rutinas que me hago de una pagina que me he encontrado, se las dejo por si les interesa echar un vistazo https://gnaturalfitness.com el mundo nos lleva a pensar que necesitamos mucho para hacer ejercicios, pero nada más con tu cuerpo es suficiente. Feliz día y gracias por el contenido que aportan, que es super valioso.
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