PENSAR.
Sin la más mínima duda esa es la labor fundamental del homo sapiens, la que lo distingue de todo el reino animal y vegetal. Ahora veremos unos ejercicios muy interesantes. Pero antes unas aclaraciones.
Por desgracia el consumismo que nos rodea y la ambición que nos carcome han hecho que releguemos a plano secundario la labor con la cual el hombre ha llegado hasta donde está. Que no es poco si miramos hacia atrás y regresamos a nuestros primeros ancestros, pues parece que sólo comparten con nosotros cierta morfología así como algunos gestos y un mínimo de comportamientos. Y aunque en el fondo nuestro cerebro primario actúe de la forma más primitiva en condiciones extremas, la evolución ha sido un fenómeno sin parangón.
El cerebro, aunque no es un músculo, se comporta de forma similar: si no lo ejercitamos se atrofia. Se ejercita con diferentes ejercicios, entre ellos pensar. Al hacerlo, las conexiones entre las neuronas se refuerzan –sinapsis.
Existen alimentos que ayudan a nutrir nuestro cerebro, ya los veremos en próximas entregas. Pero al hacer distintos ejercicios el cerebro crea su propio alimento, conocido como NEUROTROFINAS.
Por desgracia tenemos rutinas que hacen que el cerebro trabaja casi en "automático" forzándolo poco, cuando salimos de la rutina y hacemos ciertos ejercicios, el cerebro se pone a trabajar. Una especie de "Pilates para el cerebro". A continuación unos ejercicios:
Ducharse con los ojos cerrados. Intentemos localizar champú, jabón, llaves del agua.
Utilizar la mano contraria. Tomemos la sopa, lavemos nuestros dientes. Manejemos el ratón, todo con la mano no dominante. Hagámoslo tantas veces como sea posible.
Leer en voz alta. Se activan circuitos que normalmente permanecen dormidos, sobre todo las interconexiones cerebro – audición – dicción.
Cambiemos rutinas. Vayamos al trabajo por nuevos caminos, conozcamos gente diferente, con formas de pensar muy diferente a la nuestra y debatamos en buen plan.
Reubicar las cosas en casa. Si cambiamos varias cosas, el cerebro tiene que pensar.
Aprendamos nuevas habilidades. Un idioma, un instrumento musical, fotografía, el armado de un rompecabezas.
Desarrollemos los sentidos. Metamos varias monedas y otros objetos pequeños en una caja, cerremos los ojos, saquemos uno por uno e intentemos acertar.
Juegos mentales. Ajedrez, jenga, scrable, memoria.
En esta sección, que llamaremos "Nutrición mental" publicaremos con cierta periodicidad, reflexiones sobre cosas cotidianas intentando verlas desde un punto de vista no común. Pueden cooperar con sus comentarios cuando tengan alguna reflexión interesante y que nos haga "mover el cerebro". Por ejemplo, la crítica a un anuncio de la televisión, la radio, donde veamos un mensaje oculto.
Por desgracia el consumismo que nos rodea y la ambición que nos carcome han hecho que releguemos a plano secundario la labor con la cual el hombre ha llegado hasta donde está. Que no es poco si miramos hacia atrás y regresamos a nuestros primeros ancestros, pues parece que sólo comparten con nosotros cierta morfología así como algunos gestos y un mínimo de comportamientos. Y aunque en el fondo nuestro cerebro primario actúe de la forma más primitiva en condiciones extremas, la evolución ha sido un fenómeno sin parangón.
El cerebro, aunque no es un músculo, se comporta de forma similar: si no lo ejercitamos se atrofia. Se ejercita con diferentes ejercicios, entre ellos pensar. Al hacerlo, las conexiones entre las neuronas se refuerzan –sinapsis.
Existen alimentos que ayudan a nutrir nuestro cerebro, ya los veremos en próximas entregas. Pero al hacer distintos ejercicios el cerebro crea su propio alimento, conocido como NEUROTROFINAS.
Por desgracia tenemos rutinas que hacen que el cerebro trabaja casi en "automático" forzándolo poco, cuando salimos de la rutina y hacemos ciertos ejercicios, el cerebro se pone a trabajar. Una especie de "Pilates para el cerebro". A continuación unos ejercicios:
Ducharse con los ojos cerrados. Intentemos localizar champú, jabón, llaves del agua.
Utilizar la mano contraria. Tomemos la sopa, lavemos nuestros dientes. Manejemos el ratón, todo con la mano no dominante. Hagámoslo tantas veces como sea posible.
Leer en voz alta. Se activan circuitos que normalmente permanecen dormidos, sobre todo las interconexiones cerebro – audición – dicción.
Cambiemos rutinas. Vayamos al trabajo por nuevos caminos, conozcamos gente diferente, con formas de pensar muy diferente a la nuestra y debatamos en buen plan.
Reubicar las cosas en casa. Si cambiamos varias cosas, el cerebro tiene que pensar.
Aprendamos nuevas habilidades. Un idioma, un instrumento musical, fotografía, el armado de un rompecabezas.
Desarrollemos los sentidos. Metamos varias monedas y otros objetos pequeños en una caja, cerremos los ojos, saquemos uno por uno e intentemos acertar.
Juegos mentales. Ajedrez, jenga, scrable, memoria.
En esta sección, que llamaremos "Nutrición mental" publicaremos con cierta periodicidad, reflexiones sobre cosas cotidianas intentando verlas desde un punto de vista no común. Pueden cooperar con sus comentarios cuando tengan alguna reflexión interesante y que nos haga "mover el cerebro". Por ejemplo, la crítica a un anuncio de la televisión, la radio, donde veamos un mensaje oculto.
FUENTE:
http://es.noticias.yahoo.com/blogs/salud_consumo/articulo/13570/
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